Llegué a Cuba cinco días después, junto con mi querido amigo Juan de la Cruz. Bien entrada la noche aterrizamos el 30 de noviembre de 2016 en La Habana. Atravesar las calles oscuras me causó una profunda impresión. ¡A mí que solía fotografiar exclusivamente durante el día durante tantos años! Al ver la ciudad en penumbra, la sentí muy diferente. Sentía que se me estaba dando un nuevo mensaje: tenía que fotografiar en la oscuridad.