ENTREVISTA:

Carmina Gabarda | España

Los días largos es el resultado de una fusión de tres disciplinas artísticas:
poesía, ilustración y fotografía.

Carmina Gabarda, 1984 (Villar del Arzobispo, Valencia). Desde siempre tuvo claro que quería dedicarse al arte. Inquieta, creativa y soñadora, en 2013 inició su carrera como fotógrafa, siendo su primera creación la obra Viaje al centro de mí misma. Tres años después, esta artista de naturaleza autodidacta cuenta con una exposición colectiva, un primer premio en un concurso de Fotografía, entrevistas y varias publicaciones en revistas nacionales e internacionales, habiendo colaborado, asimismo, en el libro Ella también (Ediciones Bex), junto a autorretratistas de todo el mundo, y siendo finalista del libro de artistas Flamantes. Los días largos es su nueva cumbre como fotógrafa.

• ¿Cómo surgió la idea de publicar Los días largos?
Tuve la gran suerte de que la revista Españolado, que es una revista de género literario que también recoge trabajo de artistas emergentes como fotógrafos, ilustradores, etc, seleccionó unos de mis autorretratos para uno de sus números, y cuando recibí en mi casa el ejemplar de la revista, me detuve a leer y a contemplar el trabajo de los otros artistas con los que compartía publicación.
Y en la página 27 de esa revista apareció un poema que se llamaba “Perder” de un autor que se llamaba Fernando López García y me llamó muchísimo la atención su forma de escribir y de jugar con las palabras y las rimas para crear las historias. Pocos días después, Fernando contacta conmigo a través de Twitter para decirme que había visto mi trabajo en la revista, que le había encantado y que tenía algo que proponerme. ¡Qué intriga!, le dije. Y enseguida nos mandó un correo a Rut y a mí contándonos el proyecto.

• ¿Cómo es la experiencia de publicar un libro a seis manos?
Muy compleja, por varios motivos: el primero es que yo estoy acostumbrada a trabajar en solitario y a exigirme de una forma muy autodidacta. Yo me marco los tiempos, la línea de trabajo. El autorretrato es un ejercicio donde el artista trabaja consigo mismo, y entrar en un equipo de tres personas, con tres disciplinas tan distintas y con tres estilos tan distintos y, si sumamos que nos conocíamos personalmente, hizo que se convirtiera en un reto y en una forma de trabajo casi nueva para mí. La distancia a veces también fue una dificultad, ellos son de Madrid y yo vivo en Valencia, por lo que las reuniones de equipo eran en Madrid y me tenía que desplazar con cierta frecuencia, (cosa que me encanta porque adoro Madrid) pero es verdad que hay muchas cosas que me he perdido por la distancia, como vivir el proceso de la editorial, las pruebas de papel, de color, las reuniones con el editor, la entrevista en Capital Radio, etc. Siempre intento compaginar mi trabajo y mi tiempo libre para ir, pero es cierto que muchas veces me resulta imposible. Pero también ha tenido sus cosas buenas, muy buenas, y muy productivas: la dinámica de grupo, el trabajar con gente que no conoces te enseña una forma distinta de trabajar, otro punto de vista, otra perspectiva, te abre a nuevos horizontes, y a veces se generaban debates artísticos entre nosotros que eran muy interesantes. Aprender de otros siempre es el mejor regalo, y yo he aprendido muchísimo de cada uno de ellos.
De Rut admiro su energía, es un terremoto de ideas, siempre está creando algo. Y de Fernando su paciencia, su sensibilidad para escribir y para darnos su opinión. En definitiva, ha sido un proceso complejo pero muy productivo.

• ¿Cuál ha sido la mayor dificultad del libro?
y ¿qué ha sido lo más bonito de todo el proceso de creación? La mayor dificultad era interpretar una historia (poesía) con autorretratos. Nadie te dice cómo se interpretan las historias, es un campo muy ambiguo y muy personal. Durante la fase de investigación, trabajé con briefing y me di cuenta de que cada lectura que hacía del libro iba saliendo ideas muy distintas y pensé que no iba por buen camino. Así que decidí leer el libro en 4 estados anímicos y emocionales distintos, durante cuatro semanas, el plan era el siguiente:
» La primera semana lo leía nada más levantarme, cuando la mente estaba descansada, tranquila, vacía de emociones, y tomaba mis notas.
» La segunda semana lo leía después de comer, cuando la mente está en pleno aceleramiento, me sentaba en el parque al lado de mi trabajo, leía y sacaba ideas.
» La tercera semana lo hice después de hacer ejercicio por la tarde, porque me servía para sacar ideas con la mente despejada.
» Y por último, la cuarta semana lo leía antes de acostarme, cuando la mente estaba revuelta de todas las emociones que recogía acabo del día.

El resultado fue una libreta llena de ideas, a veces contradictorias, pero muy interesantes, y es cierto que a pesar de que algunas eran contradictorias dependiendo en qué estado emocional lo había leído, la idea base siempre era la misma, lo que cambiaba según la semana, era la forma en la que quería representarlas. Fue un trabajo muy chulo, muy profundo, y del que aprendí cómo pueden afectar el estado emocional y anímico, a la percepción de la historia. Quizá esta parte fue la más difícil en un primer momento, pero cuando la terminé me di cuenta que la dificultad me había enriquecido personalmente y por eso se convirtió en una de las cosas más bonitas de todo el proceso.

• ¿Tienes nuevos proyectos en mente?
Ahora mismo he guardado la cámara y el mando a distancia para disfrutar del lanzamiento del libro, son unos meses de preparar presentaciones, entrevistas en radio, televisión, viajes a Madrid y después de tanto trabajo, lo que más me apetece es disfrutar de la otra parte del proyecto. En enero, se inaugura en León una exposición de artistas emergentes donde participo con dos de las fotografías que aparecen en el libro, y también tenemos pensado hacer una exposición con las ilustraciones y las fotografías del poemario, seguramente en Madrid, pero aún estamos cerrando cosas.

• ¿Por qué nos recomiendas Los Días Largos?
Porque este libro es una galería de arte, donde se fusionan tres disciplinas artísticas, poesía, ilustración y fotografía, donde cada uno ha trabajado con su estilo, tan distinto, pero que eso lo hace más atractivo. Porque los 3 autores creamos con alma, porque ninguno de los tres concebimos el crear algo sin sentimiento. La poesía de Fernando López García emociona, su forma tan delicada de contar las historias, de crearlas, tan dulce, tan sensible, tan pura. Las ilustraciones de Rut R. Alameda, son muy camaleónicas y trabaja con varias técnicas a lo largo del libro (rotring, acuarela, tinta) y su estilo tiene mucha fuerza y eso hace que pases las hojas del libro buscando la siguiente ilustración, para ver qué te vas a encontrar. Y mis fotos, bueno espero la opinión personal de cada uno que lea el libro, pero he intentado plasmar en cada una de ellas todo lo que representan para mí cada poema. Mi familia me ha inculcado desde siempre que cada cosa que haga, me tiene que emocionar, la tengo que hacer con el alma, con amor, me tienen que gustar y que para crear algo, primero tengo que creer, si no, ¿de qué sirve?
Hay una frase, que me encanta, y que rescato y que no podría definir mejor el resultado de mi trabajo:

“Somos los libros que hemos leído, los sueños que hemos soñado y las personas que hemos amado” Así que mi parte del libro es un poco la suma de todo lo que he soñado, todo lo que he leído y todo lo que he amado.

Contacto: carmigabarda.wix.com | Twitter | Facebook

foto libro
Carmina

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