Retrato

JULIO LARRAMENDI, CUBA
por Yailín Alfaro Guillén / Abril 2014

Soy sólo un trabajador del lente, y me gusta el sonido del obturador, no importa lo que esté delante, siempre que sea atractivo visualmente.


Julio, sabemos que eres graduado de química y sin embargo todos te conocemos por tu trabajo como fotógrafo. ¿Cuándo tomás la decisión de cambiar de profesión?

Tomé mi primera fotografía en 1969, (después de haber intentado infructuosamente con la pintura, el dibujo y la música), cuando tenía 15 años, una novia preciosa con la que quería lucirme y el deseo de ¨decir¨ de alguna forma lo que veía a mi alrededor. Poco después, partí a la URSS a estudiar Química. La novia quedó por el camino, pero la pasión por la Fotografía aumentó con las enormes posibilidades que allí encontré. Aprendí hasta imprimir en colores y pude leer los primeros textos sobre el tema.
Entonces me entretenía tomando las fotos de los amigos, las ciudades y paisajes por donde pasaba, la nieve y todo aquello que me pasaba por delante en mis ratos libres. Después de graduado, comienzo a trabajar en un laboratorio de investigaciones químicas…y ¡fotográficas!, por lo que entré en contacto con investigadores del mundo de la ciencia y con literatura especializada. También pude acceder a equipos profesionales de Nikon, Hasselblatt, y materiales de primera de Kodak, Fuji y Agfa.
Todo ello me permitió adquirir una sólida base que, además de mi trabajo, podía aplicar a la fotografía que hacía por placer. En los años 90 comienzo, sin dejar mi trabajo científico, a colaborar con revistas como Mar Caribe, Sol y Son, Acuarela y otras, donde publico imágenes de paisajes, flora y fauna, incluyendo submarinas. Precisamente, en 1990, gano el concurso ¨Fotocaza 90 Internacional¨, convocado por la AIN.
Finalmente, en el 97, paso a trabajar a tiempo completo en la fotografía, haciendo desde fotografía comercial, foto reportajes, modas y arquitectura.


¿Cuando comenzás con las fotos de naturaleza?

Aunque había tomado algunas fotos de paisajes, es el encuentro con Jorge Ramón Cuevas, pionero de la educación ambiental en Cuba, lo que define una línea de trabajo sobre la Naturaleza, pues fue él quien me enseñó los valores de la biodiversidad de Cuba y quien dió uso primero a mis imágenes, para ilustrar artículos que el escribía para diferentes publicaciones y como foto fija de sus programas televisivos ¨Del mundo, su naturaleza¨ y ¨Entorno¨.


¿Te gusta que te identifiquen como fotógrafo de naturaleza?

No le doy importancia alguna a cómo me identifiquen, pues desde fotógrafo de la naturaleza, de arquitectura, de publicidad, foto reportero, etc, siempre aparece la palabra ¨fotógrafo¨, que es la que para mí, vale. En realidad, soy solo un trabajador del lente, y me gusta el sonido del obturador, no importa lo que esté delante, siempre que sea atractivo visualmente.


¿Cuál ha sido tu mejor experiencia como fotógrafo?

La mejor, siempre estará por llegar, aunque he tenido algunas muy interesantes y que me han marcado como persona: desde el trabajo con personas viviendo con VIH/SIDA en Guatemala, los niños del basurero en ese mismo país, los pueblos originarios en varios países latinoamericanos y el huracán Sandy, en Santiago de Cuba.


¿Participaste en alguna guerra como fotorreportero o hiciste trabajos de fotoperiodismo alguna vez?

Vengo haciendo trabajos de fotoperiodismo desde los 90 y, en los últimos años, trato de escribir los textos para ilustrarlos con mis fotografías. Los más recientes, para las revistas Cuba contemporánea, Excelencias y DNG, esta última, de España.


¿Tenés experiencia enseñando a jóvenes que se inician en la fotografía?

Desde mediados de los 80 imparto cursos y conferencias. En la actualidad, cada año imparto un curso de una semana en la Asociación cubana de comunicadores sociales y varias conferencias en cursos y talleres de colegas.


¿Recordás algún alumno en especial que sea hoy un fotógrafo/a reconocido.
Creés que aportaste o contribuiste en su formación?

A los alumnos que le he impartido clases o conferencias, sólo les he dado una guía y alguna sugerencia (muy personal y poco ortodoxa) para su trabajo. Lo más importante, el talento y la dedicación, lo ponen ellos. Conozco a varios que han obtenido reconocimientos, pero el mérito es de ellos por completo.


¿Qué pasaba con Larramendi en los años 90 en Cuba, hacia donde estaba dirigido tu trabajo en esos años?

En los 90, sobre todo en la segunda mitad, dediqué mucho tiempo a la publicidad. Fue una época de oro, en que se ganaba muchísimo. Alrededor del 2003, se decidió en Cuba no estimular el consumo con la publicidad, con lo que me quedé medio en el aire, pero fue un estímulo y un reto enorme para cambiar el sentido de lo que hacía. Así comencé a hacer libros (ya había hecho unos pocos por entonces), pasión que todavía hoy me mantiene ocupado, aunque económicamente no sea tan atractiva.


¿Por qué decidiste plasmar tu obra fotografica en libros? Con cuántos contás ya en tu haber? ¿Y cuándo hiciste tu primer libro?

Los primeros libros fueron por solicitud y a propuesta de dos editoriales cubanas: SIMAR y la José Martí. El primero, en colaboración con otros fotógrafos y después, en solitario. El turismo tomaba un gran auge en nuestro país y esas editoriales vieron el filón, junto con guías de turismo que también hacíamos. Los temas, entonces, fueron la Naturaleza cubana y la arquitectura. En total, he publicado 50 libros. Este año deben aparecer otros cinco.


¿Preferís los libros a la exposiciones?

Son dos medios totalmente diferentes. Una exposición te permite desarrollar una idea, un tema y, en 50 fotografías, narrar una historia. No tienes compromisos, más que contigo mismo. Es relativamente efímera (a lo sumo, duran tres meses y, con suerte, la llevas a otros escenarios), queda un catálogo y con otro poquito de suerte, algunas reseñas y críticas en los diarios. Un libro tiene otras implicaciones y requisitos. Aunque en cada foto puedes tratar de lograr, técnica y artísticamente, la mejor imagen posible, estás atado al texto que debes ilustrar. Aunque mi relación con los autores es excelente, debes supeditar tu trabajo a lo que ellos necesitan documentar gráficamente.


¿Qué libro o que libros le faltan por hacer a Larramendi?

¡Muchos! Hay una decena en proceso, pero hay uno que estoy tratando de encontrar el tiempo (y los recursos) para terminarlo: “Historias”, un libro sobre una decena de reportajes que he realizado y creo que, junto con lo que me sucedió en cada una de ellas, puede resultar interesante. Hace unos días me trajeron un libro muy reciente de Steve Mc Curry, Untold. The Stories Behind the Photographs, que es muy cercano a lo que quiero hacer. Llevo cinco años tratando encontrar el tiempo para terminarlo. Ya saldrá, que cada cosa tiene su momento.


¿Cómo es tu relación con la fotografía contemporánea
Ves mucha fotografía? sobre todo lo que se está haciendo en Latinoamérica?

Soy un ávido consumidor de libros de fotografía, asisto a todas las exposiciones que puedo y admiro toda la fotografía, pasada y presente, de cualquier país, de cualquier artista, joven o viejo, consagrado o novato, cubano o extranjero. Cuba tiene una larga, larguísima tradición de este Arte. Sólo bastaría recordar que aquí tuvimos estudios fotográficos antes que en toda Europa y nuestros fotógrafos han llevado el nombre de la Isla por todo el mundo. La foto de Korda es la más reproducida de todo el planeta y en los 60 tuvimos un grupo amplio de fotógrafos que difundieron la realidad de la Revolución. Hoy, con el enorme interés que hay y la era digital, en Cuba coexisten varias generaciones de excelentes fotógrafos. Los jóvenes, sin compromisos de ningún tipo y con unos deseos enormes de ocupar un espacio, están haciendo fotografías increíbles, tanto en la llamada ¨artística¨, como reportajes, modas, etc. En Latinoamérica, países con una larga tradición, como México, Brasil y Argentina, siguen a la vanguardia, no solo con excelentes fotógrafos, sino también en la enseñanza y la organización de eventos y concursos.


Sobre el autor:

Julio nació el 25 de marzo de 1954 en Santiago de Cuba Graduado de Técnico Medio en Química en 1975 en la URSS, de Licenciatura en Química en Universidad de la Habana en 1980 y Doctor en Ciencias en 1994. Comenzó en la fotografía en 1969; en 1975 empezó a trabajar en un laboratorio especializado en fotografía técnica y científica, dirigiéndolo a partir de 1983. Desde 1997 trabaja como Freelance. En esa fecha ingresa en la UPEC, colaborando desde entonces con diversas publicaciones como: Mar Caribe, Acuarela, Sol y Son, Flora y Fauna, Excelencias, Afro Asia International Markets, DNG y otras. Ha impartido conferencias, cursos y talleres de fotografía, en Cuba y en el extranjero. En el 2007, se fundó Ediciones Polymita, de la cual es Director Editorial Su obra ha sido expuesta en varias ciudades de Cuba y en Andorra, Argentina, Bélgica, Chile, Costa Rica, España, EEUU, Francia, Guatemala, Guadalupe, Irán, Italia, México, Perú, Sudáfrica, Suecia, Uruguay y Zimbabwe. La Galería Julio Larramendi se inauguró en el 2003 en el Hotel Conde de Villanueva, en la Habana Vieja.
contacto

Sobre la entrevistadora:

retratoYailín Alfaro Guillén: Vivo en La Habana y soy graduada de diseño gráfico del ISDi. Desde el segundo año de la carrera comencé a interesarme por la fotografía y me apunté a distintos talleres donde aprendí todo lo que hasta hoy conozco si de teoría se trata. He participado en expos colectivas fruto de algunos de los cursos que recibí durante mis años de estudiante. En el año 2011, asumo la fotografía de forma profesional al comenzar a trabajar en el periódico Opciones, como fotógrafa y diseñadora donde aún continúo ejerciendo ambas profesiones. Siempre dije que me gustaba mucho mi profesión de diseñadora, pero nada me enamora tanto como la fotografía. Creo que siempre hay algo que me inspira, que me motiva y que me hace soñar despierta mientras me preparo un proyecto fotográfico.
contacto