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Hyéres, Francia - Cartier Bresson
por Javier Castillo , Argentina

Elegir una foto “preferida” es realmente difícil, por mi parte puedo decir que es imposible, una empresa destinada al fracaso, aunque en esa búsqueda (como todo en esta vida) el recorrido es lo mas gratificante: reencontrarme con grandes fotos, descubrir otras y ver como cada día, según el estado de ánimo, alguna sobresale más que otra, me “llega” más que otra.
Finalmente acepté que no podía elegir La “preferida”, y me decidí por escoger una de todas mis preferidas. Mi recorrido fue el de buscar las primeras que me venían a la mente y luego hurgar y hurgar, la lista se hizo extensa, entonces, para ir acotando el extenso listado de grandes fotógrafos y sus fotografías-, tuve que ir ordenándolas por color o blanco y negro, por tema, composición, emoción, etc.
Hoy me decanté por la cuestión compositiva más que por la emoción que me puede generar una foto. Escogí esta foto de Henri Cartier Bresson siguiendo este camino que hice. Bresson es uno de mis fotógrafos favoritos, lo es por su talento, su blanco y negro, las composiciones y esa magia de estar en el lugar justo en el momento justo. Además que de toda la riqueza de géneros que tiene la fotografía, el documental es la que más me motiva, con la que me siento más cómodo.
Hyéres, Francia es el título de esta obra realizada en 1932. Hyéres se encuentra al este de Marsella. La escalera se retuerce y se dirige hacia la calle, allí pasa un ciclista, este sigue la ruta más clara, la más definida y sencilla. Nos puede remitir al “sendero de la vida”, en el que se producen vueltas y giros inesperados. Nos habla de los altibajos de la vida, las subidas y bajadas, las partes claras y oscuras -como las de la escalera-, los momentos difíciles y los caminos sencillos. Luego la suave curva de la calle, por donde transita el ciclista, nos genera eso, una suavidad, fluidez en el trayecto, como esos momentos donde uno avanza con pocas dificultades. El ciclista, apenas borroneado no tiene una identidad concreta, podría ser cualquiera de nosotros.
Finalmente, el punto de vista del fotógrafo es desde arriba, un picado suave, lo que nos permite ver con “claridad” la vida, desde un punto de vista más elevado. A nivel compositivo es perfecta: la proporción áurea perfectamente utilizada y el momento exacto: el ciclista que pasa y justo queda colocado en el punto de tensión. Toda la foto parece moverse, como un giro hacia la izquierda, es dinámica. Bresson no se caracterizaba por un uso de la luz a nivel muy artístico, sino a buscar un momento y una composición. Para el la luz era el perfume de la fotografía. Esta era la búsqueda de Bresson, la de encontrar una composición perfecta y luego esperar (e intuir) a que algo suceda. Esa magia es el momento decisivo.

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