logo bex mapa
Menu

Ana Mari González

La basura

Eso que nos pertenece a todos, todos producimos y nadie quiere...
Nací muy cerca del lugar donde recogí la basura con la que hice las fotos que muestro en este trabajo. Desde hace años, siempre que voy a la playa lo hago con una bolsa y camino juntando lo que encuentro. Al principio era como un juego, había que buscar para encontrar algo que no perteneciese a la naturaleza. Con el tiempo eso fue cambiando. Hoy los desechos en la costa son injuntables, es frustrante.
Los que se ven en estas fotografías fueron recogidos en la costa de Playa Unión, que es un balneario a 5 km de Rawson, que es la capital de Chubut. Provienen de la actividad pesquera, de la pesca de costa, de visitantes y de vecinos, y las más livianas, la trae el viento que sopla casi siempre del oeste, o sea de tierra. Cuando llego a mi casa, separo más o menos lo que traigo y lo dejo para que los días que corresponde lo lleve el basurero, que traslada todo a un “vertedero moderno”, se encuentra a las afueras de la ciudad, casi al final de ejido urbano. También hay algunos “puntos limpios” donde se pueden dejar pilas, electrónicos etc. Existen todas estas medidas que organizan el tratamiento de los desechos, pero finalmente, cuando son quemados, degradados o enterrados, van al aire, al agua y al suelo.
Me llama la atención cuando muestro la basura o hablado de ella, que algunos me digan que nunca han visto tal o cual cosa, o que naturalizan que esos objetos estén en la playa, como si fuera algo inofensivo. El reciclaje que se hace (sólo de algunos elementos) es ínfimo… no debería ser la primera opción.
En nuestro modelo económico se extrae, se manufactura, se consume y se desecha. Mientras esta forma lineal se mantenga, es muy difícil que las cosas cambien radical o rápidamente. A pesar de eso hay muchas empresas, instituciones y ciudadanos que apuestan por el ambiente y se comprometen con propuestas serias para el cuidado del medioambiente, o sea, para nuestro cuidado.
Los pequeños gestos y decisiones, suman, por ridículos que parezcan pueden inspirar a alguien, hacer ver a otros. Una vida más simple sin dudas ayudaría, tomar conciencia y evaluar la necesidad de los consumos que hacemos a diario, cómo desechamos lo que ya no usamos, y adoptar alguna pequeña acción, que sostenida en el tiempo se vuelva muy valiosa.
Tenemos este presente en el que las decisiones políticas, el sistema y la ciencia, sin duda tienen mucho para hacer por el planeta, mientras, el gesto individual es un aporte que nos concierne y que no cabe menospreciar.